Al
llegar a la escuela, me encontré con Guadalupe estuvimos a punto de hablarnos
pero llego Paola y me pidió de favor no entrar a la escuela, yo no sabía
porque, yo ya no quería platicar más con Guadalupe, porque me di cuenta que
ambas sufríamos y que yo hacía locuras por ella, al estar con Paola me sentía
regular, ella hacia que se olvidara mi tristeza teníamos casi los mismos
gustos, recuerdo que ese mismo día me pregunto que si me gustaba Guadalupe; no
lo pude ocultar y le tuve que decir que si, para mi mala suerte me quite mi
suéter y me vio los brazos con su nombre y la pierna, le dio mucho coraje,
comenzó a gritarme y lamentablemente me golpeo, aún recuerdo su golpe en mi
rostro, tenía ganas de golpearla pero me detuve y solo me quede con el coraje
todo estaba tan bien, ese día fue perfecto para las dos, el único detalle fue
ese golpe que me dio.
Al día siguiente me presente a la escuela con ese golpe,
Guadalupe me vio y corrió abrazarme me pregunto quién me había pegado, le dije
estaba jugando con Paola a pelea y se le paso la mano con el golpe, ese día
Guadalupe estaba muy molesta y me prohibió faltar a la escuela, y también me
prohibió hablarle a Paola.
Creo
que valió la pena el golpe, porque Guadalupe y yo no entramos a clase, no la
pasamos juntas todo el día y no nos importó Diana ni Paola, ambas nos vieron
juntas y tomadas de la mano, le compre a Guadalupe un helado de galleta y
estuvimos platicando de nosotras, fue increíble el día se pasó muy rápido y mi
corazón latía al cien por ciento. Guadalupe vio su nombre en mis piernas y en
mis brazos como en mi mano y me dijo que no quería volverme a ver así, tomo un
cuaderno y escribió en una hoja lo mucho que me quería, también me escribió una
carta y estuvimos escuchando música, ya casi se terminaba el día y seguíamos
juntas, la acompañe casi a su casa, después tome el transporte para llegar a
casa emocionada, feliz.
Al
día siguiente me encuentro con Paola molesta y yo no quise hablarle, me fui a
buscar a Guadalupe al Aula y me encuentro con Diana, yo pase normal a saludar a
Guadalupe le regale un chocolate y me fui a mi clase, cuando entro a clase, los
profesores ya no me querían porque entraba tres veces a la semana y me iba ir a
extraordinarios, yo me sentía muy fregona así que no me importaba reprobar pues
yo estaba segura de pasar, ya casi se termina mi año y yo no había hecho nada
productivo más que pensar en Guadalupe y sufrir en mis cuatro paredes.
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